En entradas anteriores al blog, hemos hablado de cómo la disrupción tecnológica está cambiando la logística portuaria, pasando de la estiba, a procesos semi automáticos asistidos por grúas y carretillas y llegando a procesos totalmente automatizados. En esta transición, ¿qué evolución tendrán los modelos de negocio de los puertos?
En ese futuro cercano en el que los almacenes automatizados serán el mínimo exigible para operar en el sector logístico, ¿cómo se diferenciarán los operadores del sector? ¿surgirán nuevos actores que compitan con las empresas tradicionales?
DIFERENCIACIÓN
En ese escenario donde todos los procesos de la actividad de una empresa logística estén automatizados, la diferenciación vendrá de la capacidad de recoger, analizar y extraer valor de todos los datos capturados que influyen, de una manera u otra, en la cadena de valor. La aparición de agentes que sepan estructurar y exprimir la información, puede cambiar la foto de los agentes que operan la actividad, tal y como ocurrió en la distribución musical, o como está ocurriendo en el sector bancario.
Este uso inteligente de los datos será lo que permita seguir aportando un valor diferencial tanto a sus clientes, como a otros agentes de su cadena de valor, pudiendo recomendar mejoras en sus procesos, o incluso intervenir en ellos como mediadores del balance entre productores y consumidores. Por otra parte, pueden aportar información de valor a terceros que participan en los procesos, tales como, fabricantes de equipos de manipulación, empresas de mantenimiento vial y ferroviario, etc. Así, éstos adecuarán sus planificaciones y estrategias a las necesidades reales identificadas de primera mano.
COMPETENCIA
El valor que sean capaces de extraer de esos datos, como los nuevos modelos de negocio que construyan a partir de ellos, serán cruciales para la diferenciación respecto a sus iguales. Pero no será lo único que impactará en su negocio. Las tendencias globales, afectarán a dicho sector y puede que de ahí vengan los mayores cambios.
El alquiler está surgiendo cada vez con más fuerza en las nuevas generaciones. Empujados por tendencias como la sostenibilidad ambiental, el desapego a la propiedad, el consumo compartido y por supuesto la capacidad tecnológica que da pie a que surjan estos modelos para compartir y alquilar coches, casas o patinetes.
Lo que es seguro es que los cambios ya están aquí. Primero pasaremos por la transición de procesos semi-automáticos a procesos automáticos pero una vez estemos ahí, la incógnita de qué nos deparará el futuro aumenta. Los modelos de negocio se tendrán que reinventar y cuanto antes preparemos el terreno, antes construiremos.
