La biomimética del blockchain: la cadena de bloques nos imita, y no lo sabes. Parte II.

En el post de la semana pasada analizamos la conquista planetaria de nuestra especie, y de la influencia que tuvieron los conceptos abstractos y los órdenes imaginados en la misma. Hoy analizaremos los factores comunes entre el blockchain y estos entornos abstractos de confianza que marcaron hace 70.000 años una diferencia sustancial entre el Homo Sapiens y el resto de especies; que relegaron a la biología a un segundo lugar en cuanto a importancia en el devenir de los acontecimientos, y otorgaron la pluma de la historia al amplio abanico de culturas que surgieron a partir de entonces.

Los discos duros de los órdenes imaginados

¿Dónde se guardan las ideologías? ¿En qué entorno quedaron grabadas durante miles de años las ideas abstractas que permitieron cooperar a miles de Sapiens en pos de la conquista global? Antes de que se inventara la escritura allá por el 3.500 a.C. por contables sumerios, que buscaban dejar constancia de las existencias y transacciones de bienes, los únicos discos duros en los que se almacenaban las ideas eran los propios cerebros de los Sapiens.

Las redes de comercio fueron consecuencia de la capacidad humana de imaginar y creer en órdenes imaginados; asimismo, fueron las causantes de la invención de la escritura.

El blockchain y la confianza

Uno de los objetivos del blockchain es precisamente la generación de un entorno de confianza entre extraños en el que poder realizar transacciones de todo tipo. Analicemos los parecidos que existen entre estos sistemas y los que permitieron a Homo Sapiens dominar el planeta. El orden imaginado de los Sapiens tiene 5 cualidades fundamentales:

  1. Existe únicamente en la imaginación de los humanos: Los conceptos que manejan los órdenes imaginados no existen en la naturaleza.
  2. Es intersubjetivo: los conceptos cambian en función de la conciencia y las creencias de cada individuo.
  3. Es descentralizado: el orden imaginado no está almacenado en ningún lugar en concreto, sino que existe una red de copias distribuidas de dicho orden (cada uno de los cerebros humanos que lo imagina)
  4. Es resiliente: si un agente externo intenta cambiar el orden imaginado, ha de convencer a millones de extraños para que cooperen con él, sustituyendo el orden existente por uno nuevo. Aunque uno de los individuos o un grupo de los mismos desaparezca, el sistema permanece.
  5. No se puede borrar, solamente se puede sustituir: Para que un individuo modifique su orden imaginado, tiene que sustituirlo por otro.

El blockchain funciona de manera parecida: Existe únicamente en una red pública de unidades computacionales (nodos) que guardan una copia de todas las transacciones, y es objetivo. Cada nodo de la red contiene una copia idéntica del blockchain completo, y para que esta copia sea alterada precisa de la validación conjunta de un grupo independiente de nodos.

La cadena de bloques es todavía más resiliente que el orden imaginado por el homo Sapiens porque no es descentralizado, sino distribuido. Esto significa que los nodos son todavía más independientes que los de los Sapiens, haciendo que la red sea más robusta. Además, los bloques de información no se pueden modificar ni borrar, solo se pueden añadir transacciones, y cada cambio queda instantáneamente actualizado en cada uno de los nodos del sistema.

Ilustración 1. Diferencia entre sistemas centralizados, descentralizados y distribuidos, en orden de resiliencia o robustez. La globalización está provocando que las redes de Sapiens se parezcan cada vez más a una red distribuida.

No cabe duda del potencial que alberga esta nueva tecnología, que puede cambiar nuestra concepción de los sistemas de transacciones, comercialización de bienes, de la confianza y la transparencia, así como de nuestros negocios y sistemas gubernamentales. No sé a vosotros, pero a mí me resulta reconfortante pensar que la tecnología que puede cambiarlo todo, tenga tanto en común con lo que nos condujo hace 70.000 años a imponernos genuinamente sobre el resto de organismos de la naturaleza.

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