Recién terminada la Feria Bienal de máquina herramienta de Bilbao (BIEMH), hago una reflexión que aquí comparto: para mí era la primera vez que acudía a este evento, dado que procedo de otro sector, y aquello que me sedujo del proyecto lo he podido ver materializado a gran escala.
Es ya innegable no asumir que el sector industrial evoluciona hacia una profunda digitalización y gestión de todos los datos presentes en sus procesos, con la finalidad de objetivar y hacer transparentes los parámetros de eficiencia en ellos presentes, generar nuevos modelos de negocio hasta ahora invisibles y negociar con otro tipo de valor: la famosa revolución 4.0.
Si bien el pabellón número 4 del recinto BEC estaba exclusivamente dedicado a la digitalización que trae consigo la industria 4.0, en los restantes pabellones que albergaban procesos más industriales o tradicionales por decirlo de alguna manera, resultaba evidente también constatar la deriva de estos sectores hacia esta realidad.
En las interesantes charlas de BeDigital, pude observar el posicionamiento que importantes empresas del sector estar persiguiendo en el ámbito de la digitalización y la industria 4.0.
Esta nueva era de producción, ya se ofrece en forma de comodity por grandes ingenierías, y las teleoperadoras se están estableciendo como las plataformas en las cuales desarrollar los servicios de gestión de gran cantidad de datos. Si bien una de las principales resistencias que la revolución 4.0 afronta, es, hoy por hoy, la falta de interconexión de los datos de diferente procedencia, los grandes nombres ofrecen también sus capacidades para el despliegue de gran cantidad de sensores y captadores de datos, y la creciente oferta junto con la evolución tecnológica hacen que esta implementación pueda ya considerarse a costes razonables para una organización.
Y es que el avance de la tecnología ha permitido capturar más datos en dos años que todos los existentes en la historia de la humanidad. Las empresas productoras, mediante las nuevas tecnologías, son capaces de mejorar su eficiencia de producción, producir lotes más pequeños y personalizados, y reducir los plazos de entrega de estos. La competencia de las empresas ya no son las compañías vecinas de la comarca, si no las presentes al otro lado del charco. Se habla de poder predecir y anticiparse al pedido que un cliente va a realizar, se habla de vender resultados o intangibles y no productos, se habla de que ahora es la sociedad quien va a transformar la industria, cuando hasta ahora ha sido la industria quien ha transformado la sociedad, se habla del intercambio de valor sin intermediarios (Blockchain) y se habla incluso de poder curar el cáncer con técnicas de big data.
Esta tendencia denota cómo esta nueva era va a llegar, si no ha llegado ya. Estamos todos a la carrera para conseguir un buen posicionamiento de mercado, y la mayoría de las industrias se dan cuenta (deberían) de que, para seguir siendo referentes en el mercado, es una revolución que deben asumir e implantar poco a poco en sus organizaciones. Mas que una tendencia, es Darwin en estado puro.