e-learning: ¿complemento o sustitutivo de la enseñanza presencial?

Si nos paramos a pensar en el mundo en el que vivíamos hace 20 años, seguro que somos capaces de señalar diversas diferencias sustanciales. No obstante, pocas de ellas serán equiparables a llevar casi toda información imaginable a un click de distancia, en el bolsillo de nuestro pantalón. En este contexto, el sistema educativo es como un gran barco al que le está costando cambiar su dirección para bogar acorde con las exigencias del futuro, que tienen mucho más que ver con la gestión de la información que con la retención de esta.

Los alumnos que salimos de la universidad nos podemos llegar a cuestionar el valor real de todo el dinero y el tiempo invertidos en nuestra formación, ligada en gran medida al ya obsoleto paradigma de la memorización de conceptos y la mecanización de ejercicios. ¿Qué sentido tienen todas las horas presenciales, costes de matrícula, alojamiento y gestión, cuando podemos acceder a todo ello de manera mucho más económica y sin salir de casa?

La formación presencial: la experiencia de aprender

Cuando accedes al colegio, instituto o universidad, no solo estás pagando el acceso a todo el conocimiento que promete el plan de estudios de turno: estás adquiriendo el acceso a un entorno físico favorable, en el que personas con las que compartes inquietudes te van a empujar a adquirir unos hábitos y una disciplina de estudio que muy probablemente te sería complicado desarrollar por cuenta propia. La asistencia regular a las clases te ayuda a interactuar con otras personas de tu misma edad, seguir un horario regular, fomentar tu creatividad y estimular tu crecimiento personal más allá de lo puramente técnico.

La formación online: la eficiencia

El e-learning o aprendizaje online está dirigido sobre todo a esas personas con curiosidad innata y ganas de aprender, para las que el aprendizaje supone un reto diario. Es gente que tiene por sí sola la capacidad de organización y de administración de tiempo, además de un enfoque claro de lo que quiere hacer, fruto normalmente de una formación presencial previa. Numerosos estudios defienden la efectividad de este modelo de enseñanza, concluyendo que los alumnos obtienen iguales o mejores resultados que con la enseñanza presencial. Detrás de esto está la posibilidad de parar y retroceder en una explicación las veces que haga falta, la resolución de dudas mediante chat o videoconferencia o el nivel de atención de los alumnos durante las lecciones.

Pero e-learning es mucho más que eso, es la herramienta que pone a disposición del público general todos los conocimientos técnicos que hasta hace poco atesoraba la escasa porción de la población que acudía a la universidad. Se trata de la democratización de la enseñanza, y la logra gracias a la competitividad de sus precios: Mientras que la matrícula de una asignatura media en una universidad puede costar entre 100€ y 1.000€, la enseñanza online estila precios de un orden de magnitud menor, desde los gratuitos hasta los 10€ – 50€ euros por curso.

e-learning y emprendimiento

En mi experiencia como becario en grandes empresas, rara vez tuve que afrontar problemas que no estuvieran acotados: siempre encontraba algún jefe o compañero experto en la materia que me guiara o aportara documentación al respecto. En i2U, por el contrario, es raro el día en el que no se nos presente un reto técnico para el que necesitemos hacer consultas puntuales. En este sentido, el aprendizaje digital está suponiendo un pilar fundamental en mi desarrollo profesional, que me permite compaginar trabajo y aprendizaje, a la par que mejorar sustancialmente el valor aportado a la empresa. Todo este nuevo conocimiento se sustenta, en gran medida, en la base que desarrollé en la Universidad.

En definitiva, con la llegada de internet, a la formación presencial le surgió un potente aliado y a su vez competidor. En una época en la que las tablets, los móviles y ordenadores se han hecho un hueco progresivamente mayor en nuestra vida diaria, está por ver cómo se adaptan las escuelas y universidades a los retos que ofrecen los centros de enseñanza digitales. De momento lo que está claro es que los curiosos estamos de enhorabuena.

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