El caos de la logística
El constante cambio en el panorama empresarial y tecnológico nos está arrastrando, a marchas forzadas, a una actividad logística cada vez más compleja y crítica en todos los actores de la cadena de valor. La singularización de la producción y la transformación del concepto de venta por el de servicios, han llegado para quedarse, y los procesos de almacenaje deben estar a la altura de las circunstancias.
Todos sabemos que el éxito de Amazon o AliExpress es su complejo sistema logístico basado en algoritmos de IA, almacenes robotizados o drones de reparto en última milla. Sin embargo, en la industria pesada estamos a años luz de gestionar la logística con esa eficacia. Un fabricante de bobinas de acero, por ejemplo, cuenta con líneas de laminación 100% automatizadas, en las que se incluyen las más avanzadas tecnologías para el control del proceso. Ahora bien, una vez que el producto está terminado, un operario se juega los dedos atando un bulto de veinte toneladas para moverlo con una grúa (cuyo recurso más novedoso es un mando a distancia) y colocarlo donde buenamente se le ocurre dentro del almacén.
Tecnologías maduras
Hoy no es una quimera la digitalización de los almacenes de productos pesados, las tecnologías que nos pueden ayudar a transformarlos ya están maduras. Si se implementan sistemas IIoT para monitorizar los bultos y los equipos que los manipulan, se incluyen algoritmos de IA en los Sistemas de Gestión (SGA) orientados a optimizar todos los recursos que intervienen y se automatizan los movimientos de las grúas y sistemas de transportes internos (AGVs), obtenemos como resultado un almacén con un grado de autonomía que no tiene nada que envidiar a una máquina de vending.
Un mínimo exigible
Tal y como en su día se transformó la actividad de la estiba y en los almacenes, el uso de grúas puente y SGAs se convirtieron en lo estándar, hoy, la monitorización en tiempo real de la actividad, la automatización de la toma de decisiones y los manipuladores autónomos, tienen que ser un “mínimo” en los almacenes de cualquier empresa que fabrique, mueva o consuma productos pesados.
La digitalización de estos almacenes no sólo implica ahorros referidos a costes directos, si no que las empresas podrán garantizar un mejor servicio a los clientes, aumentar la velocidad de los ciclos de entrega, evitar errores de despachos, daños en productos y equipos de transportes y, algo muy importante, eliminar una fuente crítica de accidentes de trabajo.
En un futuro tan inmediato que casi es un presente, toda la gestión y los procesos de un almacén de productos pesados, se realizarán de manera autónoma. En una palabra, será el estándar exigido para ser competitivo en el sector, a partir de aquí, las empresas que se dediquen a la logística de productos pesados, ya sean operadores portuarios, gestores intermodales, etc., se diferenciarán por el conocimiento que extraigan de la información recogida en la operativa “digitalizada” y, por sus valores o compromisos sociales.